Lengua

jueves, 16 de diciembre de 2010

Un poema de la Generación del 27

La propuesta de Toni Solano ha interesado mucho a mis alumnos de 2º de ESO.
Aún me maravilla ver cómo sus rostros cambian poquito a poco cuando leen poesía. Ya nunca serán los mismos. Les entró el veneno de la palabra, además la versión musical me permite que el flamenco y Enrique Morente empiecen a ocupar su sitio.




La aurora de Nueva York tiene
cuatro columnas de cieno
y un huracán de negras palomas
que chapotean las aguas podridas.

La aurora de Nueva York gime
por las inmensas escaleras
buscando entre las aristas
nardos de angustia dibujada.

La aurora llega y nadie la recibe en su boca
porque allí no hay mañana ni esperanza posible:
a veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y devoran abandonados niños.

Los primeros que salen comprenden con sus huesos
que no habrá paraísos ni amores deshojados;
saben que van al cieno de números y leyes,
a los juegos sin arte, a sudores sin fruto.

La luz es sepultada por cadenas y ruidos
en impúdico reto de ciencia sin raíces.
por los barrios hay gentes que vacilan insomnes
como recién salidas de un naufragio de sangre.

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