Pero finalmente el verano abre las puertas de par en par.
No he empezado ningún libro de mi lista. Estoy releyendo Corazón tan blanco de Javier Marías.
Lo compré hace más de veinte años y sin darme apenas cuenta, vuelvo a él.

A veces tengo la sensación de que nada de lo que sucede sucede, porque nada sucede sin interrupción, nada perdura, ni persevera ni se recuerda incesantemente, y hasta las más monótona y rutinaria de las existencias se va anulando y negando así misma en su aparente rendición (...)
Disfruto mucho de Marías. De sus novelas y muchos de sus artículos, incluidos los polémicos y cascarrabias que lo colocan en terreno incómodo.
Lo he releído con el gusto de volver a un terreno conocido, a un amigo de siempre, olvidadas ya muchas situaciones .
Pero de nuevo algunas páginas me han cortado el aliento, los períodos sintácticos estremecen y ahogan.
(...)hay quien no conoce más fantasías que las cumplidas, quien no es capaz de imaginarse nada y es poco previsor por eso, imaginar evita muchas desgracias, quien anticipa su propia muerte rara vez se mata, quien anticipa la de otros rara vez asesina(...)
se es joven más tiempo del que uno cree. LA vida entera parece de mentira, cuando se es joven. Lo que les pasa a los otros ,las desdichas, las calamidades, los crímenes, todo ello nos resulta ajeno, como sino existiera. Incluso lo que nos pasa a nosotros nos parece ajeno una vez que ya ha pasado. Hay quien es así toda la vida, eternamente joven, una desgracia (...)
Podría copiar muchos fragmentos, pero acabaría copiándolo todo.
Las páginas finales me parecen extraordinarias. El protagonista /narrador fantasea sobre la posibilidad de que la peripecia de la novela fuese diferente. Su esposa canturrea, respaldada por él.
Mamita , mamita, yen, yen, yen, serpiente m traga, yen yen yen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario