La propuesta de Toni Solano ha interesado mucho a mis alumnos de 2º de ESO.
Aún me maravilla ver cómo sus rostros cambian poquito a poco cuando leen poesía. Ya nunca serán los mismos. Les entró el veneno de la palabra, además la versión musical me permite que el flamenco y Enrique Morente empiecen a ocupar su sitio.
La aurora de Nueva York tiene
cuatro columnas de cieno
y un huracán de negras palomas
que chapotean las aguas podridas.
La aurora de Nueva York gime
por las inmensas escaleras
buscando entre las aristas
nardos de angustia dibujada.
La aurora llega y nadie la recibe en su boca
porque allí no hay mañana ni esperanza posible:
a veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y devoran abandonados niños.
Los primeros que salen comprenden con sus huesos
que no habrá paraísos ni amores deshojados;
saben que van al cieno de números y leyes,
a los juegos sin arte, a sudores sin fruto.
La luz es sepultada por cadenas y ruidos
en impúdico reto de ciencia sin raíces.
por los barrios hay gentes que vacilan insomnes
como recién salidas de un naufragio de sangre.
Creo que parte de mi amor a la vida se lo debo a mi amor a los libros. (Adolfo Bioy Casares)
Lengua
jueves, 16 de diciembre de 2010
Un poema de la Generación del 27
La propuesta de Toni Solano ha interesado mucho a mis alumnos de 2º de ESO.
Aún me maravilla ver cómo sus rostros cambian poquito a poco cuando leen poesía. Ya nunca serán los mismos. Les entró el veneno de la palabra, además la versión musical me permite que el flamenco y Enrique Morente empiecen a ocupar su sitio.
La aurora de Nueva York tiene
cuatro columnas de cieno
y un huracán de negras palomas
que chapotean las aguas podridas.
La aurora de Nueva York gime
por las inmensas escaleras
buscando entre las aristas
nardos de angustia dibujada.
La aurora llega y nadie la recibe en su boca
porque allí no hay mañana ni esperanza posible:
a veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y devoran abandonados niños.
Los primeros que salen comprenden con sus huesos
que no habrá paraísos ni amores deshojados;
saben que van al cieno de números y leyes,
a los juegos sin arte, a sudores sin fruto.
La luz es sepultada por cadenas y ruidos
en impúdico reto de ciencia sin raíces.
por los barrios hay gentes que vacilan insomnes
como recién salidas de un naufragio de sangre.
Aún me maravilla ver cómo sus rostros cambian poquito a poco cuando leen poesía. Ya nunca serán los mismos. Les entró el veneno de la palabra, además la versión musical me permite que el flamenco y Enrique Morente empiecen a ocupar su sitio.
La aurora de Nueva York tiene
cuatro columnas de cieno
y un huracán de negras palomas
que chapotean las aguas podridas.
La aurora de Nueva York gime
por las inmensas escaleras
buscando entre las aristas
nardos de angustia dibujada.
La aurora llega y nadie la recibe en su boca
porque allí no hay mañana ni esperanza posible:
a veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y devoran abandonados niños.
Los primeros que salen comprenden con sus huesos
que no habrá paraísos ni amores deshojados;
saben que van al cieno de números y leyes,
a los juegos sin arte, a sudores sin fruto.
La luz es sepultada por cadenas y ruidos
en impúdico reto de ciencia sin raíces.
por los barrios hay gentes que vacilan insomnes
como recién salidas de un naufragio de sangre.
jueves, 2 de diciembre de 2010
El modernismo
El contexto histórico, los autores y los rasgos fundamentales de la literatura a finales del siglo XIX
La biografía de Antonio Machado.
miércoles, 1 de diciembre de 2010
Música y literatura
La literatura y la música siempre han guardado relaciones estrechas.
No lo comentamos hoy por vez primera.
Quizás te sorprendas al comprobar hasta qué punto la música popular actual ha bebido de las fuentes literarias más clásicas.
Lee ,escucha y después comentamos.
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