Me he abalanzado sobre La vida negociable de Luis Landero y me he divertido mucho, muchísimo. El personaje principal Huguito, sus enloquecidos aires de grandeza, su bajeza moral máxima, me parecen graciosísimos. La picaresca que nunca falla.
Por supuesto la crítica juega su papel, más que social, moral.
El individuo, el sujeto incapaz de comportarse con honestidad, generosidad, respeto pierde el norte. Sin embargo, perdonad ,Huguito resurge de sus cenizas y condenado a ser peluquero ,vive.
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